Una de las causas más habituales de muerte en países desarrollados es la de fallo cardíaco por tejido dañado. Ya no es habitual morir de un ataque cardíaco, sino del daño que este produce en el tejido muscular, ya que es irreversible. O lo era.
Bioingenieros y médicos de la Universidad de Washington han trabajado en conjunto para diseñar un armazón que contiene el crecimiento y la integración de células madre provenientes de tejido muscular cardíaco.
Buddy Ratner, director de la investigación publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, ha construido, junto a su equipo, un armazón poroso de hidrogel en el que se cultivaran las células cardíacas. El armazón, de un tercio de milímetro de ancho y 4 milímetros de largo, se inyecta en el corazón dañado. Allí no solo contiene el crecimiento muscular, también acelera la habilidad de proveer de oxígeno y nutrientes al tejido. Luego el armazón se disuelve.
La idea es que este armazón se implante antes que se forme tejido cicatrizal. El armazón ya ha sido probado en ratones vivos y después de 4 semanas el corazón lo ha aceptado y nuevos vasos sanguíneos han penetrado en él.
Juan Scaliter
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