Justo el mismo día en que Robert G. Edwards, el padre de la fecundación in vitro, ha recibido el premio Nobel de Medicina, hay una buena noticia para el campo de la fertilidad.
Seguro que has visto los típicos videos (en time-lapse) de flores que crecen a toda velocidad. Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford (EE.UU.) ha utilizado esta técnica para grabar el desarrollo de un embrión humano. Los resultados, publicados en la revista Nature, podrían ayudar a las clínicas de reproducción asistida a aumentar las tasas de éxito de la fecundación in vitro (FIV) mediante este sistema no invasivo.
Los responsables del trabajo, dirigidos por el profesor Renee Reijo Pera, filmaron la fecundación in vitro de embriones de varios días después de la fertilización en busca de pistas visuales que les permitieran predecir si un embrión de dos días de edad llega adecuadamente para el día 5 o 6 a la fase conocida como blastocisto. Gracias a estas grabaciones han descubierto que la probabilidad es más alta cuando se producen determinados intervalos de tiempo entre los diferentes estados de crecimiento.
Según Reijo, el sistema contribuiría a mejorar la selección de embriones para ser transferidos a las mujeres y aumentar las posibilidades de embarazos exitosos.
Redacción QUO
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