El cerebro bajo anestesia general no está «dormido», como se suele creer, sino que se sitúa en un estado de coma reversible, según un artículo publicado en la revista The New England Journal of Medicine.
Este hecho no es secundario, ya que podría servir para nuevos enfoques a la hora de inducir la anestesia general y para un mejor diagnóstico y tratamiento de alteraciones en el sueño y del coma, según los responsables del estudio, un equipo de investigadores de varios hospitales y centros tecnológicos de EE.UU.
Uno de los autores del artículo, Nicholas D. Schiff, profesor de neurología en el Weill Cornell Medical College, recuerda que el uso de la anestesia general es una técnica muy segura, pero puede tener determinados efectos secundarios negativos, como un tiempo de recuperación más lento o afectar a las funciones cognitivas.
Según Schiff, saber más sobre los mecanismos cerebrales también puede ayudar a los investigadores a desarrollar agentes terapéuticos para modificar los circuitos cerebrales, de manera que ayuden a combatir alteraciones del sueño y, sobre todo, para salir de un coma.
En el artículo, que llevó tres años de trabajo, señalan varias zonas importantes del cerebro involucradas con estas cuestiones. Entres las principales se encuentra el cortex y el tálamo, que “hablan” entre ellos mediante unas células nerviosas denominadas axones.
Redacción QUO