El dinero no da la felicidad, pero sí unos años más de vida. En la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota) han examinado los expedientes médicos de 705 pacientes que sobrevieron a un primer susto del corazón, y han comprobado que, transcurrido un año, la supervivencia era mayor entre los que tenían más dinero y nivel cultural que los de menores ingresos económicos y nivel educativo.
En el grupo con ingresos superiores a 60.000 dólares al año y más de 12 años de educación la tasa de superviencia fue del 86%, frente al 75% de los pacientes con una renta inferior a 44.665 dólares al año y menos de 12 años de estudios.
Según el Dr. Yariv Gerber, director del estudio, lo más relevante del mismo es que pone en evidencia la importancia de la educación: «Afecta a su capacidad de obtener, procesar y comprender información básica sobre salud y los servicios necesarios para tomar decisiones adecuadas».
Redacción QUO