Las mujeres tienen una esperanza de vida más elevada que los hombres. ¿Cuál es la base biológica? Si el envejecimiento es un balance entre la cantidad de daño genético al que estamos expuestos y la capacidad de reparación de ese daño, deberíamos asumir que ellas tienen una mayor capacidad de reparación. Tom Kirkwood, promotor de la teoría del “soma desechable”, propone que un organismo está constituido por células germinales (reproductoras) inmortales y por células somáticas mortales.
El soma garantiza la reproducción, y después se tira. Según Kirkwood, el organismo femenino ha evolucionado para ser más resistente, y poseer mejores mecanismos de mantenimiento y reparación por ser el garante de la reproducción. El soma femenino sería pues, menos desechable. El organismo masculino cumple un papel mínimo en la reproducción, y una vez realizado, es prescindible.
Más información en Fuente de la eterna juventud.
Redacción QUO