La lucha contra el cáncer se libra en muchos frentes, y las nuevas tecnologías es uno de ellos. Así, los investigadores se las ingenian para utilizar sistemas asombrosos. Por ejemplo, científicos del Centro Médico de la Universidad Southwestern de Tejas han quemado células cancerígenas, sin dañar sanas, utilizando una molécula híbrida en la que se combinaron nanotubos de carbono con anticuerpos especializados en la búsqueda de tumores.
La investigación, publicada en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), supone un paso más en la aplicación de la nanotecnología en la lucha contra el cáncer, aunque reconocen que todavía queda un largo camino por recorrer.
Por su parte, científicos del Laboratorio Nacional de Argonne, en Estados Unidos, han desarrollado un biochip capaz de detectar ciertos tipos de cáncer antes de que los pacientes presenten síntomas.
El biochip consiste en un panel cuadrado de un centímetro de lado que alberga pequeñas gotas. Cada una de ellas contiene una proteína, anticuerpo o ácido nucleico que se unirá con una secuencia particular de ADN o un antígeno. Si una célula cancerosa produce proteínas anómalas, entonces es muy probable que el paciente tenga un perfil de anticuerpos que difiere del de una persona sana.
De esta manera, el biochip podría utilizarse para buscar similitudes y diferencias en los perfiles de los anticuerpos y encontrar posibles indicadores tempranos de la enfermedad.
Redacción QUO