Según la Fundación para la Diabetes, más de 425 millones de personas padecen actualmente diabetes, y la mayoría de estos casos son diabetes de tipo 2 (que en gran medida se puede prevenir con unos correctos hábitos de alimentación y vida saludable). Además, 1 de cada 2 casos de diabetes (suelen ser también del grupo 2) no está diagnosticado.
Sin duda, los datos demuestran que algo está fallando, y que es necesario fomentar aún más la educación e información sobre la enfermedad, tanto para prevenirla como para aprender a convivir con ella.
En 1991, la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) instauraron el Día Mundial de la Diabetes con el objetivo de educar para su prevención y buen manejo de la enfermedad.
¿Qué es la diabetes?
Su nombre científico es diabetes mellitus, una enfermedad que se caracteriza por presentar altos niveles de azúcar (glucosa) en sangre. Estos altos niveles de azúcar son consecuencia de un fallo en la producción de insulina (una hormona del páncreas que permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía). Cuando los niveles de glucosa en la sangre aumentan (hiperglucemia) y no se controlan adecuadamente, pueden llegar a alterar la función de órganos vitales, como los riñones, los ojos, el corazón, etc. De ahí la importancia de un diagnóstico precoz que determine el tipo de diabetes y el tratamiento e indicaciones a seguir.
Existen dos tipos de diabetes: tipo 1 y tipo 2. La diabetes tipo 2 es la más frecuente en la población mundial (en torno al 90% del total de casos de diabetes), y está relacionada con estilos de vida sedentarios, dietas poco equilibradas y obesidad (el 85% de las personas con diabetes tipo 2 tienen exceso de peso, según la Fundación para la Diabetes). En este caso, el organismo cuenta con capacidad suficiente para producir insulina, pero al mismo tiempo presenta una resistencia a esta hormona.
Por otro lado, también hay que contemplar un factor genético en la diabetes tipo 2, con más riesgo hereditario.
En cuanto a la diabetes tipo 1, aún no se conoce la causa concreta que provoca el aumento del azúcar en sangre. Existen diversas teorías que apuntan a un proceso autoinmune del organismo que afecta a las células del páncreas que producen la insulina, pero no se tienen datos concretos. En este caso, el tratamiento para el paciente son las inyecciones diarias de insulina. Hoy por hoy, no existe ningún tratamiento o pautas que puedan prevenirla, al contrario de lo que sucede con la diabetes tipo 2.
¿Cómo prevenir la diabetes tipo 2? 5 claves de los expertos
1.- Punto y final al sedentarismo. Es el gran enemigo tanto de la diabetes como de la obesidad. Lo ideal es practicar una actividad o ejercicio moderado varias veces a la semana, hasta llegar a (al menos) 150 minutos por semana. De esta forma estaremos ayudando a nuestro organismo a reducir la glucosa en la sangre.
2.- Todo bajo control. Es importante realizar un chequeo general y analítica al menos una vez al año, para comprobar que los niveles de azúcar se encuentran dentro de los parámetros normales.
3.- Alcohol y tabaco. Son otros dos grandes enemigos de la diabetes. Tal y como informa la Clínica Mayo, un gran consumo de alcohol puede provocar inflamación del páncreas (pancreatitis) y afectar a la producción de insulina. Por su parte, el tabaco aumenta el nivel de azúcar en sangre, creando resistencia a la insulina.
4.- Una dieta equilibrada. Mantenerse alejado del sobrepeso y la obesidad y seguir una dieta equilibrada es una de los mejores consejos para prevenir la enfermedad. Los expertos en nutrición recomiendan realizar un consumo de grasa un 30% inferior a las calorías ingeridas diariamente (evitando las grasas saturadas en la medida de lo posible), incluir más de 15 gramos de fibra natural por cada 1.000 calorías ingeridas diariamente y mantener el peso corporal (o reducir entre un 5% y un 7% si existe sobrepeso).
Además, el consumo de verduras y hortalizas ha de ser diario (constituyen la base para una alimentación sana y equilibrada) y es aconsejable reducir el consumo de sal (diabetes e hipertensión suelen ir de la mano en muchos casos).
5.- No rotundo a la autoeducación. Hoy en día, existen en el mercado diversos fármacos (normalmente destinados a tratar la diabetes) que también se recomiendan para su prevención (inhibidores de la alfa-glucosidasa, sensibilizadores de la insulina…). Si crees que tienes riesgo de padecer diabetes o has sentido últimamente alguno de sus síntomas más frecuentes (aumento de sed y ganas de orinar, aumento de apetito, visión borrosa, fatiga, pérdida de peso sin razón aparente, etc), lo mejor es acudir a tu médico y realizar un chequeo en profundidad que detalle si tienes o no diabetes.
Para conocer el posible riesgo que padecer diabetes, existen algunos test o exámenes que puedes realizar online y que te informan (de manera orientativa) de la posibilidad de desarrollar la enfermedad (o no) en el futuro. Uno de ellos es el Examen de Riesgo de la Diabetes de la American Diabetes Association.