Parece que no lo suficientemente bien, según un reciente trabajo que analizó la cantidad de bacterias que había en los instrumentos de los profesionales de una unidad de cuidados intensivos. Y no por culpa de los médicos, sino por la resistencia de los gérmenes. Los productos que utilizan habitualmente para limpiar los fonendos son alcohol, que tiene una acción muy rápida; peróxido de hidrógeno, que se caracteriza por un amplio espectro de destrucción microbiana, y lejía. El efecto de estos agentes limpiadores está ampliamente reconocido, pero ninguno consiguió un nivel de limpieza equivalente al que el aparato tiene cuando se estrena.