Teniendo robots, quién necesita a Arguiñano, puede que piensen las generaciones venideras. Los avances en robótica alcanzarán cada rincón de nuestra sociedad en muy pocos años y la cocina no será un terreno aparte.
En Japón, donde nos llevan alguna ventaja, ya hay robots que te preparan unos platos de sushi de mil amores y hasta se permiten hacer algún chiste mientras cocinan. En el MIT y la Universidad de Cornell han llevado la innovación por otros terrenos y han creado los primeros prototipos de impresoras de comida, un artilugio en el que uno coloca los ingredientes en tubos y la máquina da forma al plato, ya sean unas galletas o un guiso de pavo.
Por ahora realizan platos muy sencillos, pero puede que en un futuro nuestra cocina sea un lugar donde cargamos los cartuchos de ingredientes y esperamos a que nos sirvan el plato. El único inconveniente es que, si hay hambre, puede que estos cartuchos duren menos que el «toner» de las actuales impresoras.
Redacción QUO
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