La remisión del paciente anónimo londinense, portador del VIH, empezó después de recibir un trasplante de médula ósea cuyo objetivo era tratar el cáncer que padecía. Científicos del University College London creen que este hombre, que lleva un año y medio sin medicarse contra el VIH, según The New York Times, «se puede considerar curado».
La revista Nature publica hoy el caso de este hombre que se sometió a un trasplante de células madre debido a un linfoma y lleva 18 meses en remisión del VIH a pesar de no tomar la medicación contra el virus. Hasta la fecha, el único caso de curación del VIH es el del ‘Paciente de Berlín’, en 2009. Desde entonces, todos los intentos de replicar este caso habían resultado en la reaparición del virus.
El estudio, en el que ha participado IrsiCaixa, ha sido liderado por el University College de Londres. Se ha realizado en el marco del consorcio IciStem, liderado por el investigador de IrsiCaixa Javier Martínez-Picado (en la imagen, junto a María Salgado), y Annemarie Wensing, del University Medical Center de Utrecht (Holanda).
Según explica María Salgado, investigadora de IrsiCaixa y coautora del estudio, el paciente era portador del VIH desde 2003 y en 2012 se le detectó un Linfoma de Hodgkin por el que se sometió a un trasplante de células madre en 2016. Las células del donante tenían una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que impide la entrada del virus en las células diana del VIH, los linfocitos T CD4.
Al cabo de 16 meses, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y hoy en día, 18 meses después, el virus permanece indetectable en su sangre. Habitualmente, cuando las personas con infección por el VIH interrumpen el tratamiento, el virus rebota a lo largo de las primeras 4 semanas.
El caso se convierte en la segunda remisión del VIH en el mundo. “La principal conclusión que extraemos de toda esta información –señala Martínez-Picado– es que el paciente de Berlín no fue simplemente una anécdota y es posible conseguir una remisión total del virus”. Aun así, prefieren ser prudentes al hablar de cura, pero más de un año sin rebote viral es algo que no se había visto desde Berlín, por lo que su visión es muy optimista.
Los resultados se presentan hoy en la Conference of Retrovirus and Opportunistic Infections (CROI), en Seattle, coincidiendo con la publicación en Nature. “En este trabajo hemos analizado el nivel de VIH en plasma mediante las técnicas más sensibles, y es indetectable en todos los casos”, explica Salgado.
En el año 2014 se reportó el caso del llamado Paciente de Essen, que recibió un trasplante con la mutación CCR5 Delta32 pero cuando interrumpió el tratamiento antirretroviral el VIH experimentó un rápido rebote. Y en otros 3 casos de trasplante de células madre, que no presentaban la mutación CCR5 Delta 32, el virus rebotó a las 12, 32 y 41 semanas, respectivamente.
El de Berlín no fue un caso aislado
El trabajo de Nature destaca diferencias con el primero. Mientras que las células originales de este último ya presentaban parcialmente la mutación CCR5 Delta 32, el paciente actual no la tenía originalmente. Además, el caso de Nature recibió una terapia pre-trasplante mucho menos agresiva y un único trasplante, cuando el paciente de Berlín se sometió a dos intervenciones consecutivas. Esto demuestra, según los investigadores, que se puede conseguir la remisión aun sin tener una mutación previa en el receptor y mediante tratamientos mucho menos agresivos para el paciente.
También existen coincidencias entre ambos pacientes. Los dos recibieron un trasplante con la mutación CCR5 Delta 32, presentaron un transitorio síndrome de injerto contra huésped (una situación habitual tras el trasplante, en el que las células del donante atacan a las células del receptor) y consiguieron un reemplazo total en sangre periférica de las células del receptor por las del donante.
Un estudio previo liderado por IrsiCaixa, publicado en octubre pasado en la revista Annals of Internal Medicine, ya apuntó que estos otros factores, además de la mutación CCR5 Delta 32, podían ser decisivos para conseguir la remisión del virus. “El estudio detallado de estos otros mecanismos podría permitir su aplicación, mediante terapias menos invasivas que un trasplante de un donante, a personas con VIH que no sufran un trastorno hematológico, por lo que serían escalables a una gran mayoría de la población VIH+”, señala Salgado.
«Nadie dudaba de la veracidad sobre el paciente de Berlín, pero era un solo paciente. ¿Y cuál de las muchas cosas que se le hicieron contribuyó a la aparente curación? No estaba claro que se pudiese repetir«, ha declarado al The Washington Post el jefe de enfermedades infecciosas del Hospital Brigham and Women’s de Boston, Daniel Kuritzkes. En declaraciones al diario neoyorquino, el paciente califica de surrealista y abrumadora la idea de que un único trasplante haya podido curarle al mismo tiempo el cáncer y el VIH. “Siento un sentido de responsabilidad para ayudar a los médicos a entender cómo sucedió para que puedan desarrollar la ciencia”,señala.
Millones de personas infectadas con el virus en todo el mundo controlan la enfermedad con la llamada terapia antirretroviral, pero los pacientes no se libran del virus. No obstante, de los 37 millones de afectados, sólo el 59% recibe este tratamiento. ¿Significa esta nueva curación que a partir de ahora se marcarán los trasplantes de médula ósea como opción para tratar el VIH? Los expertos aclaran que es improbable por el riesgo que entrañan y lo doloroso que resultan, pero sí podrían usarse células inmunes parecidas.“En este momento, la única forma de tratar el VIH es con medicamentos que frenan el virus, que las personas deben tomar durante toda su vida”, indica Gupta.
Según Salgado, el índice de mortalidad dentro de la población VIH positiva en un trasplante está en torno al 40% o 50%. «El trasplante no podemos tomarlo como una terapia, pero abre nuevas puertas a la investigación, por ejemplo, en terapias génicas o vacunas que sí podrían aplicarse de forma generalizada«.
Tampoco lo es para el investigador español Santos Mañes Broton, del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, quien valora positivamente estos éxitos, pero no cree que se pueda generalizar al resto de los pacientes debido a la irradiación brutal que requiere esta opción. “En la actualidad, existen medicamentos muy eficaces que frenan la enfermedad. Y seguimos avanzando en este sentido”. El equipo de Mañes identificó una nueva diana terapéutica para evitar la infección celular por parte del virus VIH. El trabajo describía el mecanismo que sirve al virus del sida para reorganizar el esqueleto de la célula durante la infección. En este proceso radica posiblemente el éxito de este virus para infectar las células del sistema inmunológico, los linfocitos T.