No hay mejor prescripción para la salud que el ejercicio físico. Da igual que sea baloncesto, fútbol, natación, levantamiento de pesas o una buena caminata. Sus efectos positivos sobre la salud cardiovascular y el fortalecimiento del organismo son de sobre conocidos. Pero ahora la ciencia añade uno más. Si se practica de forma habitual, el ejercicio físico mejora la memoria y la función cerebral a largo plazo, según una investigación presentada en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia Cognitiva el 24 de marzo
Estudios anteriores mostraban que la condición física mejora la memoria y algunas capacidades cognitivas inmediatamente después del entrenamiento. Lo que ahora se observa es que el beneficio persiste en aquellas personas que continúan sus programas de ejercicio a largo plazo, lo que les permite conservar una buena memoria, incluso mucho después de finalizar.
La nueva investigación expuesta durante un simposio moderado por Wendy Suzuki, de la Universidad de Nueva York, muestran que la actividad física aumenta temporalmente el tamaño del hipocampo, un área del cerebro que está conectada a la memoria y al aprendizaje. Esto significa que habrá más posibilidades de recuperar más adelante la información adquirida después de un entrenamiento.
Para averiguar si la memoria se acumula con el tiempo, un equipo de investigadores de la Universidad de Iowa hizo que los participantes completaran un entrenamiento de intensidad baja o moderada. Tanto antes como después de la actividad, fueron sometidos a una resonancia magnética para estudiar su hipocampo y se les realizaron una serie de exámenes para evaluar sus recuerdos. Descubrieron que, tanto después de una única serie de ejercicios como al terminar su régimen de entrenamiento de 12 semanas, su hipocampo mostró mejoras similares en la función de la memoria. Esto sugiere que las personas que hacen ejercicio con regularidad disfrutarán de una mayor capacidad para recordar información.
El descubrimiento no solo ayuda a los científicos a establecer vínculos neurológicos entre la memoria y la actividad física, sino que también se puede usar para ayudar a tratar enfermedades como el alzhéimer y la demencia. Los investigadores preparan ahora un estudio más amplio para ver cómo mejora la memoria después de seis meses de ejercicio regular, lo que podría producir resultados aún más prometedores.
Sin límite para empezar
La revista Quo ya avanzó que el entrenamiento con ejercicios aeróbicos mejora el procesamiento cerebral, según un estudio liderado por Yaakov Stern y Richard Sloan con 132 adultos, entre 20 y 67 años. Este tipo de ejercicios aumenta la función ejecutiva, decisiva para el razonamiento, la planificación y la resolución de problemas. Incluso puede prevenir o retrasar la aparición de algunos cambios cognitivos relacionados con la edad.
Aunque la actividad física haya estado ausente de nuestra rutina, nunca es tarde para avanzar. Los riesgos para la salud se reducen incluso cuando uno empieza a partir de los 40 o incluso más. Para incorporar los buenos hábitos no hay una edad límite.