La costumbre de una mujer de mantener sus lentillas mientras nadaba y se duchaba ha tenido serias consecuencias: desarrolló una rara infección ocular rara la dejó legalmente ciega de un ojo.
La mujer de 41 años acudió al oftalmólogo después de experimentar visión borrosa, dolor ocular y sensibilidad a la luz en su ojo izquierdo durante dos meses, según el informe publicado en el New England Journal of Medicine. Las lentillas que usaba eran blandas y desechables.
Una prueba ocular mostró que su visión era 20/200 en su ojo izquierdo, el umbral para ser considerado legalmente ciego. Su ojo derecho no se vio afectado.
Los médicos pudieron ver una neblina en la córnea (la cubierta exterior transparente del ojo) de la mujer. Hicieron otra prueba ocular que utiliza un tinte especial para detectar daños en esta cubierta. Durante este examen, cualquier daño a la córnea aparece en verde cuando los médicos iluminen el ojo con una luz azul. En este caso se observó un defecto en la córnea.
Las muestras de su ojo dieron positivo para la queratitis por Acanthamoeba, una rara infección parasitaria de la córnea. Se sabe que la infección daña la visión.
La Acanthamoeba es una ameba que se encuentra comúnmente en el agua, el suelo y el aire, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés). Las personas que usan lentes de contacto corren el riesgo de contraer esta infección si participan en ciertas prácticas, como desinfectar lentes con agua del grifo o nadar o ducharse mientras usan lentes, dijo el CDC.
Después de la cirugía, su visión del ojo izquierdo mejoró levemente y el dolor desapareció.
Juan Scaliter