Según han detectado investigadores de la Universidad de Almería, algunos alimentos infantiles como los elaborados a partir de carne o la leche en polvo, contienen, aunque en mínimas cantidades, trazas de fármacos de origen animal. Estos restos de fármacos proceden del ganado, y les son administrados para evitar cualquier tipo de enfermedad. De ahí que las trazas encontradas en los alimentos pertenezcan principalmente a antibióticos (tilmicosina) y antiparasitarios (levamisol).
Los investigadores, que han publicado su estudio en la revista Food Chemistry, propone, según informa la Agencia SINC, un nuevo método para detectar esas trazas, llevar un mayor control y evitar que estas aparezcan en el alimento final. Para ello, el equipo utilizó métodos físicos, también conocidos como de separación (cromatografía), para separar los distintos componentes de la mezcla, pudiendo así identificar mediante espectrometría cada uno de los componentes y en que cantidad se encuentra dentro del alimento final. Según explica SINC, la prueba se ha realizado con 12 alimentos distintos hechos a base de carne y 9 marcas diferentes de leche en polvo y «se han encontrado en total, cinco medicamentos veterinarios en la leche en polvo y diez en los productos elaborados con carne, especialmente si eran de pollo u otras aves».
Según sugieren los investigadores, esta investigación podría servir para potenciar los controles en la medicación al ganado por parte de las granjas. Muchos de los medicamentos residuales, aunque en mínimas dosis, pueden causar diferentes problemas de salud como alergias o resistencia a los antibióticos.
Redacción QUO