Lo hemos visto miles de veces, nos hacemos una herida y el rojo brillante de la sangre, cuando se seca, pasa a ser de un tono marrón. Esto ocurre debido al hierro que contiene nuestros hematíes, responsable de la pigmentación de la hemoglobina.
Cuando nuestra sangre se derrama a consecuencia de una herida y esta sale al exterior, el hierro se oxida al tener contacto con el aire, y es ahí cuando su color cambia.
Publicación de la sección #Quonectados
Redacción QUO
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