1. El despertar. Los espermatozoides nacen en los túbulos seminíferos que albergan los testículos. Recién nacidos, se mudan al lumen, soportados por las células de Sertoli, que los alimentan y protegen de agentes externos.
2. Camino a la madurez. Salen de las células de Sartoli y llegan al epidídimo, un tubo de unos seis metros enrollado en forma de espiral, donde madurarán. Algunos de los anticonceptivos en los que se está trabajando interfieren en este proceso.
3. En la línea de salida. Cuando el hombre va a eyacular, el esperma se agolpa en los conductos deferentes, tubos angostos de unos 6 a 7 m que recorren en dos segundos. Un viaje a toda velocidad, a ciegas, y que supondrá la muerte para el 99%.
4. Primer ataque. Una vez en la vagina, su primer objetivo es llegar al cuello del útero. En el camino, son atacados por un ácido generado por el sistema inmunitario femenino que se está intentando simular artificialmente como anticonceptivo.
5. La hora de la verdad. Los que alcancen el cuello del útero descansarán y se alimentarán durante horas, e incluso días, a la espera del ovocito. Cuando la mujer ovula, envía mensajes que ponen en movimiento a los espermatozoides.
6. Fecundar o morir. En su fase final, los que quedan se despojan de varias capas de proteínas para afrontar la carrera final. Así, llegan a la capa externa del óvulo y trepan buscando la entrada. Solo uno conseguirá alcanzar la meta. El resto morirá.
Redacción QUO