Si alguna vez has vivido la experiencia de hacerte un escáner cerebral sabrás que te meten dentro de un tubo, que da algo de claustrofobia, y te piden que no te muevas ni lo más mínimo pues, si lo haces, la imagen resultante no servirá para nada.
Pues para paliar estas pruebas inservibles, bastante comunes sobre todo cuando son niños los que se someten a esta prueba, un equipo de astrónomos y médicos de la Universidad de Edimburgo han ideado una solución. Se trata de aplicar el algoritmo desarrollado para medir distancias entre galaxias para corregir la distorsión provocada por el movimiento en un escáner cerebral. Parece ser que esta tecnología estará lista para su uso en tres años.
Redacción QUO