Parece que la especie humana no conoce límites a la hora de inventar nuevos síndromes. Y ahora, tras la moda del síndrome postvacacional, los especialistans han detectado una nueva afección, el síndrome postolímpico. ¿Sus víctimas? Centenares de ciudadanos chinos.
Las consultas de Beijing y Shangai se han llenado de pacientes que notan como su estado de ánimo ha empeorado desde que se clausuraron los pasados juegos olímpicos, y muchos incluso presentan síntomas evidentes de depresión.
Según explica el psicólogo Li Yen, este es al aprecer un fenómeno bastante común entre los grandes aficionados al deporte. «Los espectáculos deportivos hacen que el público comparta sus emociones con otras muchas personas. La drenalina se desata de forma colectiva. Y, por eso, al terminar las grandes citas deportivas, se produce un bajón anímico tan acusado entre muchas personas».
Pero en el caso de China el síndrome presenta además una peculiaridad única. El país entero ha vivido estos últimos cuatro años pendiente del éxito de los juegos olímpicos. Ahora, el objetivo se ha cumplido, y mucha gente siente que un gran vacío domina ahora sus vidas.
Vicente Fernández López