Un equipo multidisciplinar ha practicado en el Hospital Universitario La Paz de Madrid una doble intervención en la que la cesárea a la madre y la implantación de un marcapasos a una niña se han realizado de forma sincronizada.
En la semana veinte del embarazo se detectó que las aurículas y los ventrículos del bebé estaban descoordinados, lo que origina que la frecuencia efectiva del corazón esté por debajo de los 50 latidos por minuto. El ritmo normal cardiaco oscila entre los 120 y los 180 latidos por minuto.
La estrategia previa seguida por los médicos consistió en madurar farmacológicamente los pulmones del bebé y procedera una cesárea en la semana 34 de gestación, cuando la frecuencia cardíaca se encontraba constantemente por debajo de los 34 latidos porminuto, casi incompatible con la vida. Tras el nacimiento, a la niña se le colocó un marcapasos transitorio que ha sido sustituido una semana después por otro definitivo.
Redacción QUO