En un primer intento usaron como molde al muñeco Ken, encarnado por el guapísimo Mark Vanderloo. No convenció. Desde los años noventa, cuando los estereotipos masculinos empezaron a rodar por los suelos, los publicitarios se afanan por perfilar una nueva masculinidad que simpatice con el hombre real y, sobre todo, con esa franja que va desde los 25 hasta los 39 años. El hombre está reconsiderando su virilidad. Echando mano de las reflexiones de expertos en comunicación, tendencias y comportamiento, y con el testimonio de 12.000 hombres de esas edades, Discovery Networks EMEA/UK ha perfilado en su informe Species lo que podría ser la nueva masculinidad. El resultado revela que, después de unos años desmejorado, a causa de la ruptura paulatina de sus patrones y el impacto del progreso de la mujer, el hombre empieza a conciliar sus criterios con el resto del mundo y a hacerlos valer.
Macho multitarea
Frente a la confusión que genera el concepto “masculinidad”, del estudio emergen algunas verdades indiscutibles: la llegada del hombre a la madurez es lenta, y en el transcurso tiene que afrontar más dificultades y presiones que las generaciones anteriores. En segundo lugar, este hombre ha adquirido nuevos compromisos personales, familiares y sociales. Se implica en la educación de los hijos, cuida su imagen y mantiene una fuerte complicidad con otros varones que tienen intereses comunes. Por encima de todo, quiere intervenir en el curso de su vida y declina la influencia de pautas que despiden sabor añejo. Reclama para él la última palabra en lo que a su ritmo vital se refiere, y su objetivo es su realización personal y la capacidad de responder a los compromisos que adquiere en cada etapa.
En estos últimos años, el hombre ha sofisticado sus motivaciones, pero el precio ha sido alto. “La vida de los jóvenes de hoy es más compleja que nunca”, dice el informe. Son cambios profundos, pero no significan que el hombre esté en crisis. Simplemente, está tratando de encontrar el equilibrio, ya que a menudo “siente que se exige mucho de él en distintas facetas y no les puede dedicar el tiempo que requiere cada una de ellas”. En parte son exigencias impuestas, pero en la mayoría de las ocasiones vienen provocadas por las expectativas que ellos mismos se han creado en ese empeño de superación.
Virilidad y emociones ya se miran de frente, y el joven no muestra reparo en compartir sus cuitas con la pareja o los amigos. La investigación de Discovery viene a decir que estamos ante un punto de no retorno en este proceso de definición, que implica, de un modo u otro, a todos los jóvenes. Y a pesar de la variedad de tipos de masculinidad resultantes, el siguiente reto será terminar de recomponer y conjuntar sus habilidades de triunfador en el trabajo con las de padre de familia; las de empecinado ecologista con su perfil más cosmopolita; y sus dotes de liderazgo con la inteligencia emocional.
El informe Discovery
El informe de Discovery identifica la masculinidad con estas seis características
Redacción QUO