El gas que utilizamos en nuestras casas, el derivado de la flatulencia de mascotas y ganados, las aguas residuales, los procesos industriales… La actividad humana es una fuente de gases nocivos para la salud como el metano y el óxido nitroso. Para detectar los niveles que hay en el ambiente doméstico, científicos de la Rice University, Estados Unidos, han desarrollado un dispositivo parecido a un diapasón capaz de alertar de la presencia de metano y óxido nitroso. Basa su funcionamiento en la emisión de una luz infrarroja que es absorbida en parte por las moléculas nocivas con mucha más precisión y menos coste que los sistemas utilizados hasta ahora. La frecuencia de la luz que no es absorbida, provoca una señal acústica en el diapasón que nos puede alertar del peligro.
El impacto en el calentamiento global del metano y el óxido nitroso es 20 y 300 veces mayor, respectivamente, que el dióxido de carbono.
Redacción QUO