En el Centre Especial de Recerca Planta de Tecnologia dels Aliments (CERPTA), de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), se han llevado a cabo experimentos sobre el desarrollo de un pan de calidad, sabroso y apto para celíacos. Un primer intento consistió en el uso de la harina de soja. El resultado fue un pan bien aceptado por su sabor, pero el precio de la harina de soja resultaba demasiado elevado. Además, esta harina no estaba exenta de provocar alergias.
En una siguiente prueba se utilizó harina de germen de garrofín (o algarrobo), y el resultado entusiasmó a los investigadores de la UAB. El pan elaborado tenía una masa elástica y fácil de trabajar. De todas las harinas estudiadas, la de garrofín es la más rica en fibra y, por eso, retiene muy bien el agua durante el proceso de amasado.
Redacción QUO
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