Es sabido que algunas personas que ha sufrido amputaciones de sus miembros reportan seguir experimentando sensaciones relacionadas con la parte del cuerpo que han perdido. Algo similar les ocurre a aquellas que sufren el llamado Síndrome del Ojo Fantasma (PES por sus siglas en ingles), que acaba de ser objeto de estudio por parte de un grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool.
Los investigadores entrevistaron a 239 pacientes que habían sufrido un cáncer ocular que había provocado la pérdida de, al menos, uno de sus ojos. Y el 60% de ellos reconoció que experimentaba varios de los síntomas relacionados con este síndrome, especialmente dolor, percibir estímulos visuales y, en algunos casos muy concretos, la sensación de que seguían teniendo la capacidad de ver con el ojo inexistente.
La mayoría de estos pacientes tan solo afirmaba percibir colores y formas muy vagas, pero otros aseguraban que eran capaces de distinguir imágenes, como fuegos artificiales e incluso el rostro de otras personas. Casi el 50% de los pacientes reconocíasentirse muy molestos e incómodos con estos síntomas. Pero, la sorpresa fue descubrir que casi una cifra similar los calificaba como una experiencia agradable. La doctora Hope-Stone, una de las autoras del estudio, afirmó que: «Ahora sabemos un poco más de como opera este síndrome. EL PES es más común en los pacientes más jóvenes, y sentir dolor en el ojo que se ha perdido es algo que afecta más a los que sufren de depresión o ansiedad».
Pero, ¿porqué se produce el Síndrome del Ojo Fantasma? Los científicos todavía no lo saben con certeza aunque la doctora Hope-Stone explica que los mecanismos del sistema nervioso son tan complejos que, de alguna manera, pueden seguir provocando estímulos incluso durante bastante tiempo después de la pérdida de alguno de los órganos relacionados con la percepción sensorial.
Redacción QUO