Ya son seis las personas muertas en Corea del Sur y ochenta y siete las contagiadas por el El Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV). A pesar del incremento de casos las autoridades del país asiático mantienen que el brote no está fuera de control, debido a que casi todos los nuevos contagios se han producido dentro de los 24 hospitales que albergan a pacientes de esta enfermedad.
El MERS fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. La infección de este virus provoca una enfermedad respiratoria aguda grave, cuyos síntomas más comunes son fiebre, tos, neumonía, dificultad respiratoria. Hasta la fecha, casi todos los paciente infectados se habían contagiado en los países de la península arábiga. Incluso en 2013 se dectectó el primer caso en España, cuando se ingresó en un Hospital de Majadahonda a una paciente de origen marroquí que había estado en Arabia Saudita en una peregrinación religiosa. Esto se debe a que los transmisores iniciales de la enfermedad fueron, según todos los indicios los camellos.
En Quo nos pusimos al habla con José Luis del Pozo , especialista del Área de Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universidad de Navarra, quien nos explicó que: «El MERS es lo que los especialistas denominamos una zoonosis, o lo que es lo mismo, cualquier tipo de enfermedad que se transmite de los animales a los humanos. Probablemente, en Oriente Medio, casi todas las personas que trabajan en contacto directo con los camellos estuvieron expuestas a este virus, pero no ocurrió nada hasta que no surgió una cepa capaz de multiplicarse a la vez en animales y humanos».
Pero, ¿por qué aparece ahora que el virus se está extendiendo más rápido? «Porque hasta hace poco el contagio no era tan sencillo», nos explicó el especialista. «Para que se produjese se necesitaba un contacto bastante cercano entre las personas. Por ese motivo, la mayoría de los casos que se han producido en Corea del Sur se han dado en los propios hospitales donde estaban ingresados los pacientes. Lo preocupante es que ya han aparecido casos en los que la persona contagiada solo tuvo un contacto superficial con la fuente transmisora, lo que hace suponer que el virus ha mutado y ahora su transmisión resulta más sencilla, similar a la que se produce con el virus de la gripe común».No existe vacuna para el coronavirus ni tampoco ningún tratamiento efectivo. Su grado de mortalidad es de un 30%. «Mucho más baja que la del ébola, que es de un 50 o 60 %. Y de un 80 en las cepas más agresivas», apunta José Luis del Pozo quien, pese a todo, considera que la amenaza de una pandemia aún parece lejana. «Es muy pronto para hablar de epidemia. de todas formas, hay que ser prudentes. Los casos van aumentar y nadie puede asegurar que en unas semanas la situación no se haya descontrolado. Pero a día de hoy, ese riesgo aún prece lejano.
Dado que no hay cura posible, ¿qué se puede hacer entonces para evitar que el virus se propague? «Mantener a los pacientes aislados y realizar un control exhaustivo de los posibles focos animales de contagio», añade el especialista.
Redacción QUO