Connor Narciso es un profesional sanitario que ha participado en la campaña de Afganistán. De acuerdo con un artículo que él mismo publica, sabemos mucho de cómo actúan las balas gracias a la televisión: los proyectiles que se disparan al agua no la atraviesan como flechas, sino que se detienen por completo o se destruyen. Todas las imágenes que vemos en el cine distorsionan lo que de verdad sucede en nuestro cuerpo.
Cuando el sargento Nick Lavery recibió un proyectil en su pierna, el resultado no fue tan cinematográfico o imaginativo. “Mi objetivo es describir de modo directo – explica Narciso – cómo actúa una bala en el cuerpo humano para que los médicos sepan qué hacer en los primeros cruciales instantes”.
La arteria femoral baja desde la cintura hasta el femur. Su objetivo es oxigenar los músculos de las piernas y en los adultos tiene un diámetro de entre 5 y 10 mm. La bala que le dio a Lavery, rompió el femur seccionando la arteria femoral en la trayectoria.
Pese a ello, el corazón de Lavery (un soldado que mide casi dos metros y pesa más de 100 kilos) siguió bombeando sangre hacia la pierna derecha dañada, provocando que se acumularan célulasen el espacio que dejó vacío la bala. De no ser por la intervención médica, Lavery hubiera muerto. La causa principal de muerte en estos casos es la pérdida de sangre. Tanto si la herida afecta una arteria como la femoral, como si el daño se produce en la arteria braquial en cada brazo, arterias de la ingle y las debajo de las clavículas.Una bala que afecte estas zonas puede provocar la muerte en minutos.
Afortunadamente el cuerpo humano posee ciertos mecanismos de defensa en caso de pérdida rápida de sangre. Primero, el sistema vascular reacciona y evita enviar sangre a las extremidades, centrándose en alimentar a los órganos vitales.Pero esto solo ocurre una vez que la herida se cierra adecuadamente. Si se trata de una amputación súbita, como la provocada por un gran proyectil o por metralla, se puede tardar bastante en morir, ya que no se parece en nada a lo que nos muestra el cine, esos enormes surtidores de sangre no ocurren en la realidad. En una amputación de este calibre, la musculatura alrededor de la herida se contrae por completo.
Por lo tanto, en cualquier caso, lo primero es detener el sangrado. La hinchazón y decoloración en la piel son signos de hemorragia que cualquiera puede reconocer. De hecho, no saber gestionar esto es la causa del 90% de las muertes prevenibles por hemorragia. Un torniquete o presión en la zona entre la herida y el corazón, lo más cerca posible de la herida. Y a partir de ese momento, esperar que llegue personal capacitado.
Redacción QUO