En medicina, la detección temprana de cualquier enfermedad, permite llevar a cabo tratamientos más efectivos. En general esto suele basarse en que el paciente se someta a un análisis en el momento adecuado, pero lo más importante es que las técnicas de examen sean lo suficientemente sensibles para registrar las alertas que las enfermedades dejan en el torrente sanguíneo.
Cuando una enfermedad, ya sea un cáncer o un virus como el VIH, comienza a desarrollarse en el cuerpo, el sistema inmune responde produciendo anticuerpos. Detectar estos anticuerpos o los marcadores asociados es el modo mediante el cual los científicos deducen la presencia de una enfermedad. Esto implica diseñar una molécula a la que el biomarcador se unirá y que será la señal que busquen los expertos.
Con esto en mente, un equipo de químicos de la Universidad de Stanford ha creado una técnica miles de veces más sensibles que las disponibles actualmente. Para ello el laboratorio de Carolyn Bertozzi, ha reemplazado la señal habitual por una sección de ADN, mucho más fácil de detectar. Los estudios que han realizado han demostrado que este tipo de test es entre 800 y hasta 10.000 veces más sensible a la hora de detectar diferentes tipos de tumor comparados con los sistemas de detección aprobados por la Administración Federal de Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés). Esto permitirá descubrir con una antelación mucho mayor, cualquier tipo de tumor. El objetivo próximo es realizar pruebas para otras dolencias como la diabetes de tipo 1.
Juan Scaliter