CRISPR es básicamente un mecanismo de defensa de una gran variedad de bacterias que copia el ADN de un virus, lo guarda en su “biblioteca”, para reconocerlo en futuras ocasiones y envía una enzimas, llamadas Cas, para adherirse al ADN del virus y romperlo y así impedir que se reproduzca. Este sistema se ha adaptado para detectar fallos en el ADN de diversos animales, incluidos humanos e intentar curar enfermedades genéticas.
Ahora un grupo de expertos de universidades de Estados Unidos y Rusia han encontrado una proteína en bacterias, C2c2, que actúa de un modo muy similar, pero “editando” el ARN.
Realizando diversos experimentos, los expertos han demostrado que la proteína C2c2 puede ser utilizada para adherirse a tramos específicos del ARN y eliminarlo, aún en bacterias in vivo, como la Escherichia coli. Los resultados, publicados en la revista Science, les han llevado a concluir que deben existir otros sistemas de detección de ARN similares que les permitirán programar herramientas moleculares para modificar y manipular el ARN.
El hallazgo, según destacan los autores en el artículo, permitirá realizar análisis de moléculas biológicas a gran escala a gran escala o crear circuitos reguladores genéticos sintéticos con el objetivo de predecir la dinámica de todo un sistema genético.
Juan Scaliter
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