Todos sabemos que las personas con diabetes están obligadas a inyectarse insulina diaria o semanalmente. Según la Organización Mundial de la Salud, más de 420 millones de personas, una cifra que se prevé que aumente un 50% en las próximas dos décadas. Por esta razón, los investigadores llevan décadas intentando buscar soluciones que mejoren la calidad de vida de estos pacientes. Ahora, en un estudio realizado con ratones, los científicos parecen haber dado con una solución prometedora: células cuya producción de insulina se puede controlar a través de un smartphone.
El logro corresponde a un equipo de científicos chinos, quienes crearon una red inalámbrica de células que puede controlarse de forma remota y que fueron implantadas en ratones diabéticos. Según explica el estudio, publicado en Science Translational Medicine, el experimento fue todo un éxito: las células implantadas en los ratones pudieron producir insulina y mantener el nivel de azúcar en sangre dentro de los valores normales.
Según explican los investigadores en su estudio, las células humanas también podrían ser modificadas genéticamente con el fin de generar moléculas y hormonas y ofrecer a cada paciente una solución personalizada. Los científicos explican que «las aplicaciones inteligentes de salud en el smartphone -como las de Android o Apple- están cambiando los modelos de cuidados de la salud. Una interfaz tecnológica puede permitir modificar las células humanas con el fin de que estas sean controladas mediante señales electrónicas digitales. Esto, podría explotar al máximo el potencial de la medicina celular, ya que se combina el diagnóstico con precisión terapéutica«. En este caso, los investigadores han pensado en una plataforma que permita regular la actividad celular con un teléfono con sistema operativo Android.
Para crear las células, los científicos combinaron tejidos vivos con la tecnología. Pueden producir insulina cuando se iluminan con luz del espectro «rojo lejano». Con el fin de que dispongan de una especie de ‘interruptor’, los investigadores añadieron las células a una vaina blanda biocompatible que dispone de luces LED inalámbricas que permiten el apagado o encendido a través de un campo electromagnético externo. Para probar si funcionaba, implantaron las células en la piel de los roedores, a los que pudieron administrar la insulina de forma remota gracias a una app del móvil.
Fuente: popsci.com
Rafael Mingorance
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