Cuando desconectamos, una red distinta de áreas cerebrales, que no están implicadas en la atención focalizada, se activan.
Las partes de este sistema funcional (córtex cingulado, parietal y prefrontal) tienen conexiones con el hipocampo, del que podemos recuperar recuerdos, lo que nos permite, por ejemplo, fantasear.
Curiosamente, las personas que se recuperan de lesiones en el córtex tienen sensación de mente vacía.
Redacción QUO
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