Todos sabemos que los microbios se propagan con una rapidez vertiginosa. Pero si estamos en un hospital y no tomamos las precauciones necesarias las consecuencias pueden ser peor de lo que imaginamos. Allí habitan todo tipo de bacterias, a cual menos simpática.
Según un estudio publicado en 2010 en la revista especializada Infection Control & Hospital Epidemiology, solo el 40% de los médicos y sanitarios cumplen con la norma de lavarse las manos regularmente durante su turno. Según explica el doctor Mark Sklansky, quien se autodefine con fobia a los gérmenes, a CNN, «si estoy en un ordenador, usando un teléfono o abriendo una puerta, sé que mis manos están contaminadas, por lo que tengo que ser precavido y lavarme las manos». Por desgracia para nosotros, no todo el personal médico piensa como él.
Siendo consciente de que este hecho puede ayudar a propagar las bacterias, decidió realizar un sencillo experimento en la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA): evitar dar la mano a los pacientes para limitar la propagación de gérmenes y reducir la transmisión de enfermedades.
Para Sklansky, es mejor pecar de maleducado o grosero que de ser poco limpio. «Estamos tratando de hacertodo lo posible para minimizar la infección hospitalaria, excepto por lo más obvio y más fácil de hacer en mi opinión, que es dejar de dar la mano». Adquirir una infección en un hospital puede llegar a ser mortal y no es la primera vez que se responsabiliza a los sanitarios por tener las manos cuestionablemente limpias.
Sklansky lleva con esta idea en mente desde un editorial publicado en 2014 en el Journal of the American Medical Association. En 2015, decidió empezar con sus experimentos. Durante seis meses, implantó la medida en un lugar donde los pacientes son especialmente vulnerables: la UCI de neonatos. Allí, varios carteles recordaban al personal médico que hay muchas formas de saludarse, pero que evitasen los apretones de manos. Aunque no se midió en este momento si la medida tenía impacto en el número de infecciones, el doctor de la UCLA asegura estar trabajando en ello para poder dar respuesta a esta pregunta.
Rafael Mingorance