Café con sacarina, yogur con edulcorante o bebidas con stevia para bajar algún kilo de mas. ¿Qué puede salir mal? Pues básicamente que no parece que estas sustancias ayudan a perder peso. Y, es más, se asocian a aumento del índice de masa corporal y del riesgo cardiovascular.

No es la primera vez que los científicos abordan este tema. De hecho, ahora los datos provienen de un metaanálisis publicado en la revista Canadian Medical Journal, lo que hace las conclusiones aun más solidas. ¿Qué es un metaanálisis? Básicamente es un una ‘investigación de investigaciones’; es decir, un estudio que recoge los ‘papers’ más rigurosos y de mejor calidad y las analiza en conjunto. Esto supone la ventaja de que se tienen en cuenta un mayor número de personas en distintas partes del mundo, por lo que los resultados son más fiables.

Pero vayamos al tema. En total se analizaron datos de más de 400.000 personas y la conclusión principal a la que se llega es que aquellos que consumieron edulcorantes no bajaron de peso frente a aquellos que no los tomaban. Además, en los estudios observacionales analizados, las personas que consumían edulcorantes no bajaron, sino que aumentaron su índice de masa corporal y su riesgo de desarrollar diabetes, hipertensión y enfermedades cardiovasculares.

Las razones que explican el fracaso de los edulcorantes ya no están tan claras. En primer lugar, se ha de considerar la posibilidad de que que las personas que recurren a los edulcorantes tengan unos hábitos de vida menos saludables, por lo que la toma de estos compuestos bajos en calorías no compensa los excesos en los que incurren por otras vías. Pero también hay otras hipóteis en boga, como por ejemplo que estas sustancias alteren nuestra microbiota intestinal y ello también contribuya a desarrollar obesidad.

Redacción QUO