La lepra, a pesar de lo que se creía, aún está lejos de desaparecer. Son las conclusiones que arroja un estudio recientemente publicado que alerta de que millones de casos pueden estar pasando inadvertidos.
La incidencia de nuevos casos de esta enfermedad, según los datos de la Organización Mundial de la Salud caía año a año. Los últimos datos hablaban de entre 200,000 y 300,000 nuevos casos anuales detectados y en su mayoría tratados. El artículo, publicado en la revista PLOS, alerta de que estas cifras pueden ascender al doble a expensas de los enfermos indetectados, hasta el punto de hablar de “millones” de casos ocultos acumulados a lo largo de los últimos años.
Por tanto, el profesor Willam Cairns Smith no duda en hablar una tendencia patente a la hay que prestar atención si realmente se quiere acabar con esta enfermedad. La lepra es una patología causada por los microorganismos Mycobacterium leprae y lepromatosis y a pesar de que su existencia se conoce desde hace cientos de años, aún no se han esclarecido completamente cómo este microorganismo interacciona con el organismo para causar la enfermedad.
Lo que sí se sabe es que se trata de una infección lenta pero que dejada sin tratamiento es capaz de provocar graves desfiguraciones en el cuerpo. Por otro lado, la enfermedad tiene un potencial de contagio irregularya que hay personas con muy poca tendencia a contraer la lepra a pesar de estar en contacto con la alguien que la padezca.
La causas de esta realidad incipiente son varias. Por un lado, tal y como sostiene Guillermo Robert, miembro de la organización Lepra, en declaraciones a The Guardian, el estigma es una de las principales causas, de manera que existe una tendencia a esconder la patología. A ello se suma el precariedad de los sistemas de salud pública en muchos países que sufren especialmente la lepra, además de la falta de conocimiento en general sobre la patología, que complica aún más su detección.
Redacción QUO