No se trata de un caso nuevo, ya que los casos de peste en Madagascar son habituales. Al menos se contabilizan unos 400 al año, pero este último episodio que comenzó el pasado mes de agosto está asombrando al gobierno y a los responsables de la salud en el país. Por ello, están pidiendo a los ciudadanos que no intenten no celebrar el tradicional rito de bailar con los restos descompuestos del muerto, conocido como “Regreso de la Muerte” o “Famadihana”, menos aún si se sabe que estos pudieron fallecer por la peste.
La forma más rápida de extensión de la peste en la población está siendo de humano a humano, por el aire, a través de la bacteria Yersinia pestis. Una vez dentro del cuerpo, puede infectar los nódulos linfáticos e inflamarlos causando lo que se conoce como peste bubónica, pero si esta no es tratada, podría incluso llegar a los pulmones e infectarlos (peste neumónica).
La facilidad para padecer esta enfermedad está incrementando con el paso de los días, ya que desde que se descubriera al paciente cero, este ya había podido contagiar a cientos de personas, las cuales hicieron lo mismo con otras tantas. Este miedo de que la situación se descontrole ha entrado en el terreno de las tradiciones religiosas típicas del grupo Malagasi. Y es que el hecho de estar en contacto con los restos mortales de una persona podría hacer que una persona pudiera enfermar con más facilidad.
¿En qué consiste este rito?
Tras 7 años enterrados, los cuerpos de los difuntos se desentierran o se sacan de las criptas familiares, se envuelven en mortajas nuevas y se inicia una procesión alrededor de las tumbas con música en vivo y bailes. Se cree que una vez que el fallecido se ha descompuesto, su espíritu se reúne finalmente con el mundo de los antepasados. Una forma de cruzar al Más Allá.
Por lo tanto, si en un futuro, una persona que ha fallecido por peste acaba siendo desenterrada para el rito podría contagiar a otros seres humanos. Así lo advierte el portavoz del Ministerio de Sanidad de Madagascar, Willy Randriamarotia: “La bacteria puede ser aún transmitida y contaminar a todo aquel que esté cerca del cuerpo”.Por lo tanto, ahora piden a los familiares que no les entierren en tumbas o nichos que puedan volverse a abrir. Una forma de proteger a futuras generaciones de posibles infecciones.
La noticia no se ha recibido con buenos ojos entre quienes lo practican y es que para ellos la peste no tiene nada que ver con este rito. Estaremos atentos al desarrollo de la enfermedad en el país.
Fuente: Live Science
Alberto Pascual García