El glioblastoma es el tipo de tumor cerebral más común que existe, y también uno de los más letales, ya que tiene una asombrosa capacidad para autorregenerarse, lo que le permite esquivar casi todas las opciones terapéuticas existentes. Pero, ahora, una nueva investigación dirigida por María A. Blasco y Leire Bejarano, investigadoras del Grupo de Telómeros y Telomerasa del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), han probado con éxito en ratones una nueva terapia.
Entre las células que componen esta variedad de tumor hay unas llamadas células madre del glioblastoma, que tienen la capacidad de reproducir completamente el tumor a partir de una de ellas. Y una de sus características es que tienen niveles muy elevados de la proteína telomérica TRF1, que además de ser esencial para la protección del telómero, es necesaria para mantener la capacidad de estas células para regenerar el tumor.
«Vimos que el TRF1 está sobreexpresado tanto en glioblastoma de ratón como en muestras humanas, lo cual nos indicaba que bloqueándolo tal vez podríamos conseguir algún resultado”, señala Leire Bejarano. Así, Blasco y Bejarano se centraron en eliminar dicha proteína durante la formación del tumor, y también en bloquearla una vez que los glioblastomas ya estaban completamente formados.Y el resultado fue que en ambos casos aumentaba la tasa de supervivencia. En el primero, dicho aumento era del 80%, y en el segundo del 33.
Tras el éxito de esas primeras pruebas, pasaron a trabajar con células de tumores humanas cultivadas en el laboratorio. Para ello, injertaron células madre del glioblastoma derivadas de dos pacientes en ratones y los trataron con una serie de compuestos desarrollados en el CNIO que inhiben TRF1. Y el resultado fue que aquellos que recibieron este tratamiento, mostraron una reducción del crecimiento y del tamaño del tumor, y un aumento de la supervivencia.
Vicente Fernández López