España es uno de los países donde el cáncer de piel avanza con más fuerza, algo que debería preocuparnos y hacer que tomásemos medidas cuanto antes. En los últimos 4 años se ha producido un aumento de un 38% de este tipo de cánceres en nuestro país, lo que supone un incremento de casi el 10% anual. Para que os hagáis una idea, cada año se diagnostican unos 150.000 casos en España y tan solo en 2016, alrededor de 600 personas murieron tras ser diagnosticados con un melanoma.
Con estas cifras en la mesa, que se multiplican si nos centramos en resultados de otros países, un grupo de científicos de Canadá, licenciados por la Universidad McCaster, espera mejorar el tiempo de acción sobre esta enfermedad y lo ha conseguido gracias a un nuevo dispositivo (The Skan), el cual ha sido galardonado con el primer premio internacional de diseño James Dyson 2017: “Los métodos de diagnóstico precoz dependen en gran medida de las inspecciones visuales, las cuales pueden ser inexactas. Aplicar métodos más avanzados requiere mucho tiempo y son costosos, algo que se puede evitar a los servicios de salud, que ya de por sí se encuentran sobrecargados. Así que los que no pasan por procedimientos de biopsia, pueden correr el riesgo de detección temprana”, apunta el equipo.
El dispositivo que han creado es un método no invasivo que se coloca sobre la piel. Una vez fijado, el dispositivo aplica una sensación de frío al área que se pretende examinar gracias a una serie de termistores. Tras ello, calcula el tiempo que tarda la piel en volver a su temperatura normal: “Las células cancerosas tienen una tasa metabólica más alta que las células normales y, por lo tanto, liberan más calor. Así que, tras aplicar el frío en la zona, el tejido canceroso acabará recuperando el calor más rápido que el tejido que no está enfermo”, explica el equipo. La combinación de los resultados obtenidos en diferentes zonas del cuerpo, ayudarán a los médicos a determinar si existen probabilidades de desarrollar un melanoma. El uso de este sistema podría ahorrar a las arcas públicas un 80% de costes en este tipo de pruebas.
[image id=»93151″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]Gracias a este primer premio, el equipo canadiense ha recibido 35.000 euros para desarrollar su idea y poder testarla clínicamente para mejorar su uso en el futuro. Además, la Universidad a la que pertenecen recibe otros 5.500 € para que sigan apoyando este tipo de proyectos.
Es un concurso internacional de diseño cuyo objetivo es apoyar la próxima generación de ingenieros. Está organizado por la fundación sin ánimo de lucro de James Dyson, como parte de su misión de acercar a los jóvenes al mundo del diseño y la ingeniería.
Fuente: Dezeen
Alberto Pascual García
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