Un equipo del Massachusetts Eye and Ear Infirmary de Boston ha logrado un hito científico realmente asombroso. Han conseguido que a un grupo de cinco niños les crezcan unas orejas nuevas cultivadas a partir de sus propias células. La técnica fue la misma que se utilizó en 1995 con el llamado «ratón de Vacanti», al que los científicos lograron que le creciera una oreja en el lomo.
Los niños habían nacido con una condición llamada microtia, que se produce aproximadamente en uno de cada diez mil nacimientos, y que afecta al tamaño y a la función de las orejas. Por ese motivo, los investigadores de Boston tomaron células de los cartílagos auditivos de los pequeños y las cultivaron en laboratorio, siguiendo un patrón 3D basado en orejas de niños sanos. Luego, volvieron a injertarlas en los oídos de los niños afectados.
Y el resultado fue que, a los treinta meses, los pequeños habían desarrollado unas orejas que podían considerarse casi completamente normales. Se trata de un experimento preliminar, y los autores del mismo creen que todavía necesitarán unos cinco años para perfeccionar aún más la técnica. Pero el hallazgo permite creer que muy pronto será factible regenerar tejidos cartiláginosos dañados, cultivándolos en laboratorio.
[image id=»94552″ data-caption=»» share=»true» expand=»true» size=»S»]El primer paso para este logro fue como ya dijimos el llamado ratón de Vacanti. El experimento fue realizado a petición del el Children`s Hospital de Boston, para buscar un posible tratamiento para niños que nacían con las orejas dañadas. El autor del mismo fue el investigador Charles Vacanti, quien implantó células de cartigo bovino bajo la piel de un ratón, lográndo que le creciera una oreja en el lomo.
Vicente Fernández López