Seguro que todos hemos oído de pequeños que la masturbación podía acarrearnos muchos males, desde volvernos locos a quedarnos ciegos. Por supuesto, no hay nada de cierto en esas creencias. Pero la masturbación también puede tener una cara oscura y llevar en ocasiones aparejados ciertos peligros. Así lo pone manifiesto un informe realizado por forenses y publicado en el diario Bild, según el cual al año mueren en Alemania una media de cien personas por prácticas relacionadas con el onanismo.
Por supuesto, lo que les ha causado la muerte a esos desdichados no es el sencillo hecho de darse placer a sí mismos, sino el recurrir para ello a prácticas de alto riesgo. Según este informe, la más frecuente es la autoasfixia. También se la conoce como hipoxifilia, y consiste en excitarse por la ausencia de respiración durante el acto masturbatorio, en la creencia de que la falta de oxígeno permite conseguir una erección mayor y una eyuculación más placentera. Para ello, las personas que la practican se cubren la cabeza con bolsa de plástico, o se aprietan el cuello con cinturones y correas.
El principal problema, es que la falta de oxígeno puede provocar la pérdida de la concienciamás rápido de lo que la epersona cree, en tan solo unos quince segundos, lo que puede desembocar en la muerte si la persona no es inmediatamente reanimada. Y la segunda mayor práctica de riesgo según, este informe, es tratar de masturbarse con una aspiradora. Esta sosprendente parafilia puede causar gravísimas heridas en los órganos sexuales del varón que, si no son rápidamente atendidas, también podrían causarle la muerte.
Vicente Fernández López