Aunque actualmente cada vez sea más habitual comer insectos y ejemplares de otras especies que tiempo atrás nunca habríamos imaginado ver en un plato, eso no significa que no haya que hacerlo con las precauciones necesarias. Y un buen ejemplo de ello es el caso que relata LiveScience, sobre un adolescente australiano que que ha quedado paralítico del cuello para abajo tras comerse una babosa cruda durante una apuesta que hizo con otros amigos.
Desgraciadamente, la babosa era portadora de un organismo infeccioso llamado Angiostrongylus cantonenses, conocido como gusano de la rata, porque en su edad adulta acostumbra a parasitar a este animal. Pero en sus primeras etapas de vida, el parásito también puede vivir en otras especies como las babosas y los caracoles. Y puede acabar en el organismo humano si alguien se los come crudos o mal cocinados.
Lo más habitual es que la presencia del parásito sea asintomática, pero en algunos casos muy excepcionales como éste, puede causar un tipo de meningitis que hace que un tipo de células blancas conocidas como eosinófilo, se incrementen en número en el fluido espinal. Y la consecuencia es que la persona acaba sufriendo gravísimas lesiones en el sistema nervioso e incluso la muerte.
La mayoría de los casos conocidos se han producido en el área del Pacífico. Pero nos sirven de recordatorio de que no es conveniente comer cualquier cosa cruda.
Vicente Fernández López
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