Lucir una sonrisa de un blanco radiante se considera bello. Pero el consumo de tabaco o de bebidas azucaradas y café (entre otras causas), los acaba decolorando. Por eso, cada vez más gente acude a las consultas de los dentistas para someterse a tratamientos de blanqueo dental.
El más común de todos consiste en aplicar moléculas de peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) a la superficie del diente. Al activarlas con luz azul, eliminan las moléculas que ensucian nuestros dientes. El problema es que con ellas también eliminan parte del esmalte dental, provocando que nuestra dentadura se vuelva más frágil.
Pero, ahora, un equipo del Department of Chemical and Materials Engineering, de la Concordia University, ha desarrollado un nuevo método de blanqueamiento dental que no tiene esos efectos secundarios. Constiste en sustituir el peróxido de hidrógeno por nanopartículas de dióxido de titanio. Al activarlas con la luz azul, se consigue el mismo efecto blanqueador, pero sin causar daños apreciables en el esmalte dental.
Fuente: ScienceDaily.
Vicente Fernández López
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