Vuestra piel se mantendrá más joven, y el riesgo de padecer un melanoma será mucho menor.
El 75% del envejecimiento de la piel humana se debe a factores no genéticos, entre ellos la exposición al sol. Evitar la radiación solar favorece la capacidad de la piel para desactivar los radicales libres –una serie de moléculas con gran capacidad para dañar las estructuras celulares– y frenar el estrés oxidativo. Se evita así la aparición de arrugas, manchas y flacidez.
Disminuye la pérdida de visión
Quienes no se exponen al sol tienen menos riesgo de padecer cataratas, ya que el ojo puede acusar el estrés oxidativo producido por la radiación UV. La consecuencia de ese estrés es que las proteínas del cristalino se agrupan y entorpecen la visión.
Escudo contra el melanoma
Ocultarte del sol te aleja de la población de riesgo de este tipo de cáncer de piel. En España, la incidencia del melanoma es de 5,2 por cada cien mil habitantes y es más común entre las mujeres, con un 57,2 % de los casos detectados.
Permite prescindir de las gafas de sol
La misión de los cristales oscuros es prevenir la queratitis, una inflamación de la córnea que se manifiesta con dolor, lagrimeo y fotofobia. Las personas que evitan las radiaciones ultravioleta no suelen tener este tipo de dolencias, que generalmente se pasan en unos días.
Favorece a los deportistas de élite
Algunos atletas se ocultan del sol antes de una prueba para evitar su acción vasodilatadora y que se produzca un aumento de la circulación de la sangre. El riesgo es una bajada de tensión y menores niveles de atención.