La hambruna ucraniana Holodomor de 1932-1933 hizo que solo siete años más tarde se duplicaran los casos de diabetes tipo 2
La desnutrición temprana en la vida, especialmente durante períodos críticos como el desarrollo fetal o la infancia, puede aumentar significativamente el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 de adultos. Este fenómeno se ha estudiado en la hambruna holandesa de 1944-1945, donde las falta de comida hizo que las madres dieran a luz a bebés que más tarde padecerían diabetes tipo 2 en mayor número.
La hambruna ucraniana Holodomor de 1932-1933 es un caso especial, porque está claramente concentrada en seis meses. Esta concentración fue el resultado del uso que hizo Stalin de la hambruna como arma de terror contra los agricultores ucranianos. Cuando Ucrania no pudo cumplir sus cuotas de aprovisionamiento de grano al Gobierno Central Soviético, al no tener suficiente para sí misma, se aplicaron medidas drásticas para cumplir las cuotas, con la excusa de que elementos contrarrevolucionarios saboteaban el aprovisionamiento de grano.
A finales de 1932 se lanzó una campaña nacional de registros en los hogares de los campesinos en busca de grano «escondido» o «robado», que se amplió a principios de 1933. En muchos de estos registros se confiscó toda o la mayor parte de la comida, dejando a las familias sin alimentos durante el resto del invierno. Además, se aplicaron medidas que restringían los viajes de los campesinos ucranianos en busca de alimentos.
Estas medidas crearon una tormenta perfecta. Muchas familias rurales se quedaron sin comida; se cerraron las vías de búsqueda de alimentos y se agotaron los fondos de reserva de grano. Miles de familias rurales fueron condenadas a una muerte lenta por inanición en sus pueblos. El resultado fue un aumento extraordinario del exceso de muertes del Holodomor entre enero y junio de 1933. En el punto álgido de la hambruna, en junio de 1933, se produjo una media de 28.000 muertes diarias relacionadas con la hambruna, lo que equivale a 1.167 muertes por hora o 19 por minuto.
La hambruna provocó un exceso de 4 millones de muertes a corto plazo y las pérdidas se concentraron en un periodo de 6 meses. El Holodomor superó con creces a otras hambrunas en cuanto a su intensidad. La esperanza de vida al nacer en 1933 era de sólo 7,2 años para las mujeres y 4,3 para los hombres.
Los investigadores de la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y de la Academia Nacional de Ciencias de Ucrania han utilizado el escenario de la , provocada por el hombre, para examinar la relación entre la hambruna prenatal y la diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) en la edad adulta. Estudiaron 128.225 casos de diabetes de tipo 2 diagnosticados entre 2000 y 2008 entre 10.186.016 ucranianos de ambos sexos nacidos entre 1930 y 1938.
Aprender de la historia
Según el estudio, dirigido por la Escuela de Salud Pública Mailman de la Universidad de Columbia, los individuos expuestos a la hambruna en los primeros años de gestación tenían más del doble de probabilidades de desarrollar diabetes de tipo 2 que los no expuestos a la hambruna. Los resultados se publican en la revista Science.
«El escenario ucraniano ofrecía una oportunidad poco habitual para investigar el impacto a largo plazo del Holodomor -o muerte por hambre- en los casos de diabetes mellitus tipo 2 (DMT2) diagnosticados siete décadas después de la exposición prenatal a la hambruna», dijo el Dr. L.H. Lumey, profesor de Epidemiología en Salud Pública de Columbia. «Al concentrarse la hambruna en un periodo de seis meses a principios de 1933, podemos precisar el momento de la hambruna junto con las variaciones extremas de intensidad entre provincias».
«Nuestro estudio sobre el impacto sanitario a largo plazo de la hambruna del Holodomor ofrece varias lecciones fundamentales para afrontar los retos sanitarios que plantean las catástrofes nacionales», observa Lumey. «Subraya la necesidad de un marco integral de atención sanitaria y política que tenga en cuenta los efectos duraderos de las adversidades de los primeros años de vida en la salud de la población y sus posibles repercusiones a largo plazo en las enfermedades crónicas y la salud mental».
Aunque los individuos diagnosticados de DMT2 en 2000-2008 también pueden tener sobrepeso u obesidad y presentar otros factores de riesgo de la enfermedad, la relación entre el riesgo de DMT2 en la edad adulta y el lugar y la fecha de nacimiento en el momento de la hambruna es tan específica que la exposición a la hambruna en las primeras etapas de la gestación parece ser el factor dominante que prevalece sobre todos los demás, según el equipo de investigación.
«Esta toma de conciencia debería impulsar un enfoque proactivo entre los responsables políticos y los funcionarios de salud pública para anticipar el aumento de las necesidades sanitarias entre las poblaciones afectadas por catástrofes nacionales. También pone de relieve la importancia de concienciar sobre los posibles efectos a largo plazo de las adversidades en los primeros años de vida sobre la salud», observó Lumey.
«Además de la necesidad de desarrollar políticas para abordar los desafíos de salud a largo plazo después de un desastre nacional, los resultados de nuestro estudio subrayan la importancia de las políticas destinadas a evitar que eventos como el Holodomor vuelvan a ocurrir». La invasión rusa de Ucrania en 2022 demuestra que la historia se repite», señala la Dra. Wolowyna, de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill. «El asedio de tres meses en 2022 de la ciudad de Mariupol durante la actual guerra en Ucrania para hacer que la población se rinda por hambre sirve como recordatorio de un peligro actual y real. El bloqueo de los puertos ucranianos para impedir la exportación de grano ucraniano a los países en desarrollo de África y Asia, ha aumentado el peligro de inanición para millones de personas en estos países».
REFERENCIA