Según un nuevo estudio el tratamiento con miméticos de GLP-1 como Ozempic activa el metabolismo de la grasa visceral para la pérdida de peso

Un estudio realizado en el Hospital Universitario St Vincent (SVUH) de Dublín, en Irlanda, pone en entredicho la creencia de que los medicamentos para perder peso como Ozempic, Wegovy o Monjaro funcionan simplemente promoviendo la saciedad y haciendo que la gente coma menos.

Ozempic y otros miméticos de GLP-1 (péptido similar al glucagón tipo 1) son medicamentos que imitan la acción de una hormona natural llamada GLP-1, la cual se libera en el intestino en respuesta a la ingesta de alimentos. Estos fármacos se unen a los receptores de GLP-1 en el páncreas, lo que estimula la liberación de insulina cuando los niveles de glucosa en sangre son altos, ayudando a reducirlos.

Además, estos medicamentos ralentizan el vaciado gástrico, lo que contribuye a una sensación de saciedad más prolongada y, en muchos casos, a la pérdida de peso. También disminuyen la secreción de glucagón, una hormona que eleva los niveles de glucosa en sangre. Por estas razones, los miméticos de GLP-1 han sido utilizados principalmente en el tratamiento de la diabetes tipo 2 durante más de dos décadas, pero, más recientemente, se han hecho famosos como el control del peso en personas con obesidad.

Ozempic y la familia de fármacos de miméticos de GLP-1 funcionan, pero los mecanismos aún no se comprenden del todo. El nuevo ensayo controlado aleatorizado (los de mayor calidad y con más garantías) con 30 pacientes fue dirigido por el profesor Donal O’Shea, de la SVUH y la Facultad de Medicina de la UCD, y examinó la familia de medicamentos basados en la hormona péptido-1 similar al glucagón (GLP-1), como el famoso ozempic.

Activando la grasa abdominal

Los resultados publicados en la revista Journal of the Obesity Society muestran que existe una estrecha relación entre el aumento de la actividad metabólica provocado por el tratamiento una vez al día con GLP-1 y la cantidad de peso perdido. Además, las personas con una actividad metabólica baja antes de iniciar el tratamiento fueron las que más se beneficiaron de él.

El tratamiento con GLP-1 produjo un aumento significativo del metabolismo de la grasa visceral. La grasa visceral es el tipo de grasa que se acumula alrededor de los órganos internos en el abdomen, y es perjudicial para la salud porque se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 y otras condiciones metabólicas. En el estudio, cuanto mayor fue el aumento de la actividad metabólica de la grasa visceral, mayor fue la pérdida de peso.

Los 30 pacientes se sometieron a un escáner PET-CT para obtener imágenes especializadas de la grasa abdominal antes y después de seis meses de tratamiento con GLP-1. En palabras del profesor Donal O’Shea: «Este estudio pone en tela de juicio la opinión generalizada sobre estos nuevos tratamientos, según la cual lo único que hacen es hacer que se coma menos y que el efecto sobre el gasto energético es mínimo. La fuerza de la asociación es sorprendente, dado el número relativamente pequeño de personas estudiadas, y sugiere que este aumento de la actividad metabólica contribuye de forma significativa al funcionamiento de estos fármacos».

«El tratamiento médico seguro de la obesidad está aún en pañales y necesitamos comprender plenamente cómo funciona el tratamiento. Entender cómo estos agentes aumentan el gasto energético debería ser una parte importante de la investigación futura. Espero que las empresas implicadas en el desarrollo de estos tratamientos examinen esta área con más detalle, porque se trata de estudios muy caros de llevar a cabo», añadió.

«Siempre me ha parecido excesivamente simplista que estos nuevos tratamientos se limitaran a hacer que la gente comiera menos. Por eso, los resultados de este estudio suponen un paso adelante muy interesante en nuestra comprensión del funcionamiento de estos nuevos medicamentos contra la obesidad. Los resultados también respaldan científicamente el hecho de que el tratamiento de la obesidad no consiste simplemente en comer menos y moverse más -esa es la parte preventiva-, sino que el tratamiento es más complejo».

REFERENCIA