Los científicos descubrieron que la obesidad y el sobrepeso están significativamente asociados con reducciones en la calidad del semen, con efectos más pronunciados cuando hay niveles más altos de obesidad

La infertilidad afecta a alrededor del 15% de las parejas en edad reproductiva en todo el mundo, y entre el 20% y el 70% de los casos se atribuyen a factores masculinos, principalmente a la mala calidad del semen. La mala calidad del esperma en las sociedades modernas es un fenómeno preocupante que ha aparecido las últimas décadas. Estudios científicos han señalado descensos significativos del número total de espermatozoides y de su concentración observados entre 1973 y 2011 en los países occidentales, así como un aumento en la proporción de espermatozoides anormales.

Este deterioro se atribuye a diversos factores, entre otros la contaminación ambiental, la exposición a sustancias químicas disruptoras endocrinas, como los pesticidas y los plásticos, estilos de vida poco saludables, incluyendo dietas pobres y el sedentarismo, y el estrés. Sin embargo, puede haber una causa más sencilla: la población está cada vez más gorda.

El IMC (índice de masa corporal, una medida del sobrepeso) anormal es un factor de riesgo potencial, dado su aumento global. Aunque varios metaanálisis relacionan la obesidad con descensos en los parámetros del semen, los resultados son inconsistentes debido a las limitaciones metodológicas, incluidas las diferentes clasificaciones del IMC y los sesgos potenciales.

En una nueva investigación realizada en China, los científicos realizaron una revisión sistemática y un metaanálisis para examinar la relación entre el IMC y la calidad del semen, cuantificando al mismo tiempo el impacto de la obesidad y el sobrepeso en individuos con diferentes estados de fertilidad y ubicaciones.

Revisión de estudios sobre el semen y la obesidad

Se identificaron un total de 50 estudios en humanos en bases de datos como Embase, PubMed y Web of Science. Constituían datos sobre 71.337 hombres en el grupo de edad de 26-44 años. Los estudios se incluyeron si clasificaban el IMC en los siguientes grupos: grupo de referencia (<25,0 kg/m²), sobrepeso (25,0-29,9 kg/m²) y obesidad (≥30,0 kg/m²) o podían transformarse en estas categorías. Además, los estudios informaron de los parámetros del semen en todas las categorías de IMC, como el volumen del semen, la concentración de espermatozoides, la motilidad total, el número total de espermatozoides, la motilidad progresiva y las formas normales.

Se extrajeron los datos, incluidos los detalles del estudio, las características de la población, la determinación del IMC, las pautas de evaluación de la calidad del semen, la recogida de semen y los parámetros seminales por categoría de IMC. En función del estado de fertilidad de los hombres, las poblaciones se clasificaron como población general, hombres infértiles o subfértiles y hombres sospechosamente subfértiles.

La mayoría de los estudios se centraron en hombres sospechosamente subfértiles (n = 25), mientras que otros se dirigieron a la población general (n = 11) y a hombres infértiles o subfértiles (n = 14). El IMC se evaluó in situ en 25 estudios y se autonotificó en cinco de ellos. La calidad del semen se evaluó principalmente siguiendo las directrices de la Organización Mundial de la Salud (1999 y 2000). Además, se observó que la mayoría de los estudios recogían el semen una vez (n = 41). Se determinó que 30 estudios tenían un riesgo bajo de sesgo y 20, un riesgo alto.

Cuanta más obesidad, peor semen

Los hombres con obesidad mostraron reducciones significativas en los parámetros del semen en comparación con el grupo de referencia, incluyendo disminuciones en el volumen del semen, el número total de espermatozoides, la motilidad total, la motilidad progresiva y las formas normales de los espermatozoides.

Por el contrario, los hombres con sobrepeso mostraron reducciones menores en el volumen de semen y en la motilidad progresiva, sin cambios significativos en otros parámetros. Según el estudio, la obesidad de clase II/III produjo descensos más significativos en la calidad del semen que la obesidad de clase I, con una heterogeneidad significativa entre los estudios para la mayoría de los parámetros analizados.

Los hombres con obesidad mostraron mayores descensos en la calidad del semen en comparación con los que tenían sobrepeso, observándose reducciones significativas en los distintos estados de fertilidad y métodos de evaluación. El impacto varió según las pautas utilizadas para la evaluación del semen y la ubicación del estudio. Se observaron reducciones significativas en la calidad del semen en varias regiones (América, Asia, Europa) para los hombres con obesidad. No se encontró sesgo de publicación en varios parámetros del semen de los hombres con obesidad o sobrepeso, excepto en el número total de espermatozoides en los hombres con sobrepeso.

El estudio se ve reforzado por el gran tamaño de la muestra, la síntesis exhaustiva de los datos mediante clasificaciones unificadas del IMC y el análisis de diferentes estados de fertilidad. Sin embargo, el estudio se ve limitado por posibles imprecisiones en los datos agregados, el sesgo derivado del uso del peso normal y el bajo peso como referencias, factores de confusión no tenidos en cuenta, la incapacidad del IMC para distinguir el músculo de la grasa y la dependencia de parámetros convencionales del semen que pueden no reflejar plenamente la función espermática.

En el futuro, los estudios podrían explorar más a fondo los efectos de la obesidad en la reproducción masculina utilizando indicadores completos.

REFERENCIA

Association between body mass index and semen quality: a systematic review and meta-analysis