Aunque no siempre le sale bien, y a veces se rompe las dos piernas, el vuelo de Jeb Corliss es todo un espectáculo.
El traje aéreo, o wingsuit, es un complemento indispensable para un deporte extremo consistente en saltar desde un avión, o un helicóptero, y planear. Hasta la fecha, quienes lo practican necesitan servirse de un paracaídas para poder aterrizar sin matarse en el intento.
Pero ahora, un aventurero estadounidense de 32 años, Jeb Corliss, siempre ha querido convertirse en el primer ser humano capaz de tomar tierra desde una altura considerable sin paracaídas.
Para ello, el deportista ha diseñado la construcción de una especie de rampa de aterrizaje de forma tubular situada a unos 300 metros de altura, y similar a las que se utilizan en las competiciones de esquí. La construcción de este gigantesco dispositivo tendrá un coste, por ahora aproximado, que superará los dos millones de euros.
El material del que estará fabricada dicha rampa se mantiene en el más estricto secreto, y el aventurero solamente ha avanzado de momento que se trata de una aleación ideada por ingenieros de la NASA.
En realidad, dicha rampa será como una especie de tobogán gigante, por cuyo interior Jeb se deslizará sobre su propio pecho. De esta manera, su velocidad se irá frenando poco a poco hasta que finalmente llegue al suelo. Y sin lesionarse, si todo sale bien.
Vicente Fernández López