Un nuevo método de análisis permitirá conocer la degradación de libros antiguos y documentos históricos a partir de su olor. Sus responsables, un equipo de científicos del University College de Londres, aseguran que este sistema evitará la necesidad de las técnicas convencionales de cortar muestras del documento para estudiar su estado.
Según uno de sus autores, el profesor Matija Strli? el conocido “olor a moho” de un libro antiguo es el resultado de cientos de compuestos orgánicos volátiles (COVs) que emanan del papel. La mezcla particular de estos compuestos es la consecuencia de una red de vías de degradación.
El trabajo, publicado en la revista American Chemical Society’s Analytical Chemistry, analiza 72 documentos históricos de los siglos XIX y XX, e identifica 15 COVs como buenos candidatos a marcadores para determinar el grado de degradación del papel.
Redacción QUO
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