Los ciudadanos londinenses se quedaron de piedra ante la macabra imagen: un oso polar y un pingüino se habían ahorcado en el Puente del Milenio. Aunque al acercarse comprobaron que no eran de verdad, sino dos esculturas fabricadas por Vincent J. F. Huang, un artista taiwanés que ha convertido la lucha contra el cambio climático en el motor de su inspiración. Así, anteriormente, Huang ya “suicidó” a otros bichos en las Torres Petronas de Kuala Lumpur y en un rascacielos de Hong Kong.
Redacción QUO
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