Pero todo esto, ¿cuánto cuesta?
Los hay que necesitan ayuda: la Junta de Castilla-La Mancha y la ONG Manos Unidas han empezado a construir una presa subterránea en Eritrea. Lo curioso es que han conseguido que los mismos eritreos, por medio del Instituto Técnico de Hagaz, la ciudad junto al río Bogú que fundó allí Manos Unidas, utilicen su propia maquinaria, tecnología y expertos. El 80% de los habitantes se dedica a la agricultura, y este proyecto beneficiará a unas 40.000 personas. Sin embargo, hay algunos países que sí tienen dinero para pagar tecnología, y ellos tampoco lo hacen.?Los expertos están de acuerdo en que en el mundo desarrollado el líquido elemento es demasiado barato. En España tendremos que rascarnos el bolsillo a la fuerza a partir de 2010, para cumplir una directiva europea. “El agua hay que pagarla a lo que vale”, dice Irene Bustamante. “Es necesario imputar en el recibo todos los costes”. “Sacar el agua y distribuirla cuesta dinero, y esto hay que compensarlo”, confirma Alberto Fernández Lop. Las soluciones son particulares, aunque ya no utópicas. Pero es lo único que podemos hacer por ahora. Saciar la sed que empieza a atenazar es nuestra lucha por la vida, la que nos ha tocado en el siglo XXI.
Redacción QUO