Todavía no tiene nombre, pero fue construida por la empresa alemana Herrenknecht y se ha utilizado para realizar el túnel más largo del mundo: 57 kilómetros, bajo los Alpes italianos, para conectar las ciudades de Bolonia y Florencia. Una similar excavó la M-30 en Madrid. Pesa unas 4.300 toneladas, tiene un diámetro de 15,55 metros (como un edificio de cinco plantas) y una longitud de 120 metros. Lo increíble de este tipo de máquinas es que al mismo tiempo que excavan la roca moliéndola, son capaces de crear una base que sostenga el agujero, que puede ser provisional o definitiva.
Redacción QUO