Aquellos tiempos en los que al terminar una película aparecía el letrero con la palabra FIN y luego un cartel con los nombres de los principales intérpretes, han pasado a mejor vida. El famoso The End desapareció para siempre en algún momento de la década de los años 60 y, desde entónces, los créditos finales de los largometrajes no han hecho otra cosa que crecer y crecer.
En la web Dimensión 2.5 han hecho un gráfico mostrando la evolución de los créditos finales desde Tiempos modernos (Charles Chaplin, 1936), hasta la reciente trilogía de El señor de los anillos, y el resultado es cuando menos sorprendente.
En un principio, el tema no tiene mayor importancia dado que la mayoría de los espectadores abandonamos la sala practicamente en cuanto comienzan los rótulos. El problema llega cuando a algún director se le ocurre colocar la escena final de su película después de los créditos, lo que nos obliga a tragarnos casi diez minutos de letreros que incluyen hasta el nombre del que llevó el catering.
Vicente Fernández López