1. Me siento muy a gusto cuando tengo la oportunidad de exhibir mi cuerpo.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
2. Siento que merezco un trato especial y me enfado cuando no lo recibo.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
3. No puedo evitar pensar que tengo más cualidades que los demás.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
4. Cuando me halagan me siento muy bien, como pez en el agua.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
5. Disfruto siendo el centro de atención.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
6. Me preocupa mucho mi apariencia personal.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
7. Siempre que surge la oportunidad de presumir de algo procuro no desaprovecharla.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
8. Daría cualquier cosa por salir en televisión.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
9. Me molesta especialmente que no se fijen en mí.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
10. Considero que tengo un cuerpo fuera de lo común.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
11. Espero ser reconocido como una persona superior aunque mis logros no estén proporcionados.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
12. Fantaseo a menudo con el éxito, el poder y la belleza.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
13. Sólo están capacitadas para comprenderme personas de mi categoría.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
14. Sacar provecho de los demás es un medio lícito para alcanzar mis metas.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
15. Suscito la envidia de quienes me rodean.
a. De acuerdo
b. En desacuerdo
Y AQUÍ TIENES EL RESULTADO
De 0-5: No eres una persona vanidosa en absoluto. Probablemente tengas una elevada autoestima. No necesitas de la admiración de los demás para sentirte bien contigo mismo.
De 6-10: Si has aplicado bien el factor de corrección y tienes estos valores, el resultado es que tus niveles de vanidad son de rango medio-alto. Así que no estaría mal que evaluaras tu autoestima porque a veces estos detalles revelan que, en realidad, necesitas la admiración de los demás para suplir una falta de confianza en ti mismo y en tus cualidades y capacidades. Tampoco te asustes, ¿eh?
De 11-15: Tienes unos niveles demasiado elevados de vanidad. No estaría mal que te propusieras firmemente trabajar tu propia autoestima e ir restando importancia en tu vida a lo que los demás piensen u opinen sobre ti. Apréndetelo: no se puede agradar a todo el mundo y en toda ocasión. Mantener esa necesidad irracional conduce a innumerables decepciones e insatisfacciones.
Elaborado por Antonio Luis Maldonado Cervera. Centro de Psicología Alborán (Granada).
Redacción QUO