La semana pasada Corea del Norte anunció que había probado con éxito una nueva arma de última generación, aunque no especificó de qué se trataba. No ha habido indicios de que el país asiático haya realizado ningún ensayo nuclear, así que todo parece indicar que ese arma se engloba en el llamado armamento convencional.
De hecho, muchos analistas creen que puede tener que ver con la artillería. Hay que tener en cuenta que bajo ese concepto ya no solo se engloban los tradicionales cañones, sino que ahora también se habla de artillería de cohetes, para referirse a las rampas de lanzamiento (fijas o móviles) de cohetes no nucleares.
Según estimaciones de la inteligencia de Estados Unidos y Corea del Sur, el ejército norcoreano dispone de una red de 13.000 cañones y rampas de lanzamiento de cohetes, capaces de alcanzar la llamada área metropolitana de Seúl. Entre ellos figuran los cañones Kosak, de 70 milímetros.
Y, recuerdan que ya en 2016, el régimen norcoreano anunció que había desarrollado un nuevo sistema para el lanzamiento de cohetes de 300 milímetros. Y piensan que esta podría ser la nueva arma que se probó hace unos días.
Sea como sea, lo cierto es que el área metropolitana de Seúl, formada por otras veinte pequeñas ciudades, es una de las más pobladas del mundo, ya que en ella viven casi 25 millones de personas. Y un bombardeo de la artillería norcoreana podría causa numerosísimas víctimas.
El gobierno de Corea del Sur ha construido una red de túneles que podrían servir de refugio en caso de conflicto, pero no tiene capacidad para resguardar a una población tan numerosa.
Fuente: nationalinterest.org
Vicente Fernández López